Déjate amar....
deja que se ilumine mi corazón,
con la llama profunda
de tu alma latente
Y que tus besos sean los sepultureros
que entierren todos mis miedos...
miedos de poder perderte,
de no alcanzar tus labios
cuando la mañana aparece.
Déjate guiar por los mundos ocultos,
perdidos en el tiempo,
donde no existe ni hoy, ni ayer....
donde solo el mañana tiene sentido,
si los amaneceres tienen tu luz.
Déjate mecer por mis besos,
en las noches donde nacen los sueños
donde se tornan realidades,
si son tus brazos los que me amarran.
Tengo el corazón pesado con tantas cosas que conozco,es como si llevara piedras desmesuradas en un saco,o la lluvia hubiera caído,sin descansar, en mi memoria.No me pregunten por aquello.No sé de lo que están hablando.No supe yo lo que pasó.Los otros tampoco sabían y así anduve de niebla en niebla pensando que nada pasaba,buscando frutas en las calles,pensamientos en las praderas y el resultado es el siguiente:que todos tenían razón y yo dormía mientras tanto.Por eso agreguen a mi pecho no sólo piedras sino sombra,no sólo sombra sino sangre.Así, pues, de lo que recuerdo y de lo que no tengo memoria,de lo que sé y de lo que supe,de lo que perdí en el camino entre tantas cosas perdidas,de los muertos que no me oyeron y que tal vez quisieron verme,mejor no me pregunten nada:toquen aquí, sobre el chaleco,y verán cómo me palpita un saco de piedras oscuras.
deja que se ilumine mi corazón,
con la llama profunda
de tu alma latente
Y que tus besos sean los sepultureros
que entierren todos mis miedos...
miedos de poder perderte,
de no alcanzar tus labios
cuando la mañana aparece.
Déjate guiar por los mundos ocultos,
perdidos en el tiempo,
donde no existe ni hoy, ni ayer....
donde solo el mañana tiene sentido,
si los amaneceres tienen tu luz.
Déjate mecer por mis besos,
en las noches donde nacen los sueños
donde se tornan realidades,
si son tus brazos los que me amarran.
Tengo el corazón pesado con tantas cosas que conozco,es como si llevara piedras desmesuradas en un saco,o la lluvia hubiera caído,sin descansar, en mi memoria.No me pregunten por aquello.No sé de lo que están hablando.No supe yo lo que pasó.Los otros tampoco sabían y así anduve de niebla en niebla pensando que nada pasaba,buscando frutas en las calles,pensamientos en las praderas y el resultado es el siguiente:que todos tenían razón y yo dormía mientras tanto.Por eso agreguen a mi pecho no sólo piedras sino sombra,no sólo sombra sino sangre.Así, pues, de lo que recuerdo y de lo que no tengo memoria,de lo que sé y de lo que supe,de lo que perdí en el camino entre tantas cosas perdidas,de los muertos que no me oyeron y que tal vez quisieron verme,mejor no me pregunten nada:toquen aquí, sobre el chaleco,y verán cómo me palpita un saco de piedras oscuras.
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